Vamos Cris, no llores, vamos, tienes que ser fuerte, no te pueden ver débil, no delante de tantas personas, tu puedes Cris, tu puedes.
Levanté la mirada lentamente, hasta encontrarme con veinte pares de ojos mirándome esperando a que dijera algo, pero nada salía de mi boca, ni un solo ruido, no podía hacer esto, era demasiado. Aclaré cuidadosamente mi garganta y me dispuse a hablar.
-Bueno... - empecé sin saber muy bien cómo seguir - mi padre era... mi padre era un buen hombre, todavía recuerdo cuando discutíamos porque no me dejaba ir a las fiestas de mis amigos, o cuando le ignoraba cada vez que me pedía bajar a por el pan... él ha sido... todo para mi estos últimos años y todavía no puedo creerme que no lo vaya a volver a... - paré un segundo intentando que ese horrible nudo que tenía en la garganta desapareciera - no puedo - susurré y me fui corriendo de allí, mientras todo el mundo me miraba con cara de pena.
Corrí hasta mi casa, todo el mundo me miraba, pero me daba igual, abrí la puerta y subí corriendo hasta mi habitación , cerré de un portazo y me tumbé en la cama a llorar y pensar por qué me tenía que pasar todo a mi, por qué ese borracho tuvo que cruzarse en el camino de mi padre ¿por qué? Así estuve horas hasta que conseguí dormirme.
Me desperté cuando escuche la puerta de la casa cerrarse, por un momento pensé que seria mi padre, pero rápidamente deseché la idea, estaba muerto, y cuanto antes lo superara mejor.
-¿Cariño? ¿Cris? ¿Estás ahí? - escuche la voz de mi madre, mi madre... esa que nunca vino a visitarme, esa que tras el divorcio se mudó y se olvidó de mi, esa que ni siquiera de había dignado a venir al entierro de mi padre.
-Estoy aquí - dije pesadamente mientras recorría el pasillo de mi casa hasta llegar a la entrada
En ese momento la vi, mi madre... tampoco había cambiado tanto estos últimos años, estaba un poco más mayor, se le notaba en las pequeñas arrugas que rodeaban sus preciosos ojos, su pelo pelirrojo caía por sus hombros enmarcando esa preciosa cara llena de pecas, con ese ojos azules que te hipnotizaban y esa sonrisa que nunca se borraba de su cara. La había echado de menos, eso estaba claro, pero no se iba a ganar tan fácilmente mi confianza otra vez.
-Hola cielo, haz la maleta, venga
-¿Perdona?
-Que hagas tu maleta, nos vamos
-Yo no voy a ninguna parte y menos contigo
Mi madre se acercó lentamente a mi, me acarició dulcemente la mejilla y me abrazó
-No me toques - dije separándome
-Cristina, haz tus maletas ahora mismo, he dicho que nos vamos - dije con cara seria
La había cagado, me había llamado Cristina y no estaba sonriendo como de costumbre, preferí hacerla caso, total nada me retenía aquí.
Hice mis maletas, tomándome todo el tiempo posible, y salí de aquella casa sin mirar hacia atrás, subí al coche de mi madre y me preparé para el viaje en coche más incómodo de toda mi vida.
-Y bueno... - empezó a hablar mi madre - ¿qué tal todos estos años?
-¿Ahora si te importa? - pregunté mirando por la ventanilla, ella no me contestó por lo que seguí hablando - has estado todos estos años ignorándome y ahora quieres un resumen de mi vida
-Cris, por favor
-¡No! ¡por favor nada! ¡he estado esperándote siete años! ¡y ahora apareces como de la nada!
Se quedó callada y se concentró de nuevo en la carretera, una hora después se dignó a hablar de nuevo
-¿Quieres que paremos un rato? - preguntó dulcemente
-No - contesté cortante
-Vale... tengo algo más que contarte... estoy casada - dijo rápidamente, no me sorprendí puesto que mi padre me lo había contado - su nombre el Derek y tiene un hijo... Lucas, tiene tu edad, estoy convencida de que os llevaréis genial.
Me quedé callada, no tenía absolutamente nada que decirla, pasó una hora más hasta que vi el mar, me quedé anonadada, nunca había ido a la playa, mi padre siempre estaba trabajando y nunca me podía llevar de vacaciones, a demás el odiaba la playa. Me quedé mirando el mar durante un buen rato
-¿Te gusta? - preguntó mi madre suavemente
Seguí sin contestar, no quería hablar. Unos minutos después llegamos a un pequeño pueblo hasta llegar a una casa con jardín y con dos pisos, era preciosa...
-Pues ya hemos llegado - dijo mi madre aparcando el coche en el garaje.
-¿Vivís aquí?
-Si... vamos quiero presentarte a los chicos.
Bajamos del coche y mi madre se adelantó para abrir la puerta, metió la llave en la cerradura, y antes de abrir la puerta se giró y me dijo:
-Por cierto, bienvenida a tu nueva casa, Cris
Me gustaaa! :D
ResponderEliminarSolo un capitulo y ya tengo ganas de seguir leyendo :3
Gracias por haberte pasado por mi blog ;)
Muakk! <3
Wow, es genial, me encantó tu novela.
ResponderEliminarEn primer lugar, sobre lo de su madre, la entiendo mucho a Cristina, nada más que no del mismo modo. He vivido con mi madre toda mi vida, nada más que no le tengo confianza porque nunca me prestó atención y prácticamente la odio >_< No sé que hago contandote de mi vida pero bueno x'D
Em.. Ya quiero saber que tal es Lucas n_n
Bueno, te sigo, si te interesa mi novela, te dejo la pagina, son ocho cortos capitulos n_n http://novelasamanthatrein.blogspot.com.ar/
Saludos!